viernes, 2 de mayo de 2014

¿FALTA O DELITO?

 
 
 
 
 



 
 
     He dejado pasar unos días para intentar ver con perspectiva. Como la información que me llega desde entonces con los distintos movimientos, estrategias y maniobras por parte de unos y otros viene siendo constante, me estaba siendo difícil encontrar un punto final a lo que escribiera.  Podía haber escrito una entrada al día siguiente de la última y luego haber ido añadiendo palabras, frases o párrafos. No lo hice y para mi modo de ver, es mejor. Me voy a intentar centrar en cosas que para mi son muy importantes sobre lo ocurrido el pasado 20 de abril.
 
     El día en que el Polo, que usaba el Polo que no era de Polo sino de los ciudadanos, dejó de ser de Polo, aunque nos fue devuelto a los ciudadanos con una abolladura en el vehículo propio y daños materiales producidos a otro vehículo. Daños tanto propios como a terceros que al ser debidos a una conducción bajo los efectos del alcohol, aunque la aseguradora asumiera el pago, se reservaría el derecho de repercutirlos contra su asegurado. Asegurado que, recordemos, no es Polo, sino nosotros en nuestra calidad de ciudadanos y - por tanto - copropietarios del vehículo. Así que primera cuestión: ¿Quién va a correr con los gastos de reparación de dichos daños materiales? Aunque se trate de unos pocos cientos de euros, creo que sería muy importante que se tratara con transparencia este tema. No me voy a creer que la aseguradora vaya a asumir el pago porque no se ha enterado de las circunstancias que rodearon al siniestro, porque el numerito del ex-concejal salió en todos los medios nacionales. Y mucho menos que luego no repercutiera contra el asegurado (Ayuntamiento=nosotros), por insolvencia del mismo.  Sea cual fuere la resolución y el importe, creo que tenemos el derecho a saberlo. Y yo sería feliz simplemente con que esos a los que se les hincha la boca pronunciando "democracia" actuaran democráticamente e informaran al pueblo con total transparencia. No tenemos las arcas como para andar ocultando ni un solo euro malgastado y aquél que provoque cualquier gasto de forma irregular, por pequeño que sea, debería responder. Esta es la primera pregunta que me hice y que para mi tiene mucha importancia.
 
     Otra pregunta se refiere a la famosa autorización de estacionamiento que, como muchísimas más, van firmadas por "El Jefe" Santamaría.. Domingo de Resurrección. Ya a las 14:00 de ese día muchas fueron las personas que vieron a Polo por algún que otro bar de la calle San Nicolás. Hacia las 18:00 horas también varios testigos le vieron por el casco antiguo con evidentes síntomas de encontrarse "piripi". Yo no se si llevaba aparcado el vehículo en el Paseo de Hemingway desde el mediodía, pero todo me hace pensar (simple hipótesis) que así es. No veo coherente estar en lo viejo de bares, ir a por el coche, aparcarlo en la plaza de toros y volver de nuevo a "seguirla". Me gustaría ver la agenda de ese día de Ignacio Polo. Aunque han sido muchísimas las veces que he reproducido la leyenda de las dichosas autorizaciones, no me cansaré nunca de hacerlo. "Realice las funciones propias de su cometido", dice la autorización, con lo cual no debe confundirse con tener patente de corso. No acuso, pero sí lanzo la pregunta al aire: ¿Si, como parece, Ignacio Polo no se encontraba realizando actividad alguna realcionada con su función, y por lo tanto, no precisaba el uso del vehículo, no podía considerarse lo que hizo como un acto de prevaricación? Se trata de un asunto que - desgraciadamente - por habitual, se nos ha pasado por alto. Y Llevo ya dos cuestiones sin haber abordado el meollo de lo que pasó el día en que el borrachín la cagó.
 
    Por último, la pregunta que todos nos hicimos en su día: ¿Qué nos hubiera pasado a nosotros en el caso de estar en la misma situación que Polo? Seguro que - como yo - la mayoría pensáis que habríamos salido peor parados. Otros opinaréis que el castigo sería el mismo y otros que menor. Pero para mi, antes de entrar en comparaciones, debemos entrar en situaciones. Igual que en la ley existen las circunstancias agravantes, atenuantes y eximentes, también creo que deben tenerse en cuenta tales circunstancias en el ámbito político. 0,65, 0,75, 0,64, tiempo entre prueba y prueba, transparencia u opacidad de la instrucción, etc, serán motivo de otra entrada, porque aunque tengo información suficiente, para decir lo que estoy diciendo y acusar de lo que estoy acusando no necesito echar mano de esos datos. Siguiendo con agravantes, atenuantes y eximentes, me bastaría un 0,26. No encuentro un eximente para un uso impropio de un vehículo que nosotros los ciudadanos pagamos y ponemos a disposición de un concejal. El único atenuante que puedo encontrar a bote pronto es que el infractor actuara bajo los efectos del alcohol. Pero casualmente en este tipo de infracciones y delitos, eso es agravante y no atenuante. Agravante veo uno, pero muy amplio: Ser quien se es. Hablamos de que el infractor (lo llamo así porque aún la justicia no ha dicho si se queda en infracción o pasa a ser delito) era un concejal. Además de la Junta de Gobierno. Y para más inri, concejal delegado de Seguridad Ciudadana. Por eso digo que un 0,26 me hubiera sido suficiente. Entiendo que un cargo como el suyo puede tener ciertos privilegios por su condición. Pero igualmente entiendo que sus deberes y obligaciones deben ser también mayores a los demás por el mismo motivo. Por ser vos quien sois.
 
   No se si son muchos, pocos, o algunos los políticos que las poseen, pero cualidades como la austeridad, el servicio al ciudadano, la conducta intachable y el respeto máximo a las normas como guardián de las mismas por las que se es elegido no está ni mucho menos presente en todos ellos. De momento, ya hay uno menos de esos indignos
 
Agur, Polo.