martes, 5 de agosto de 2014

ANGOSTO AGOSTO

   En el calendario judicial, Agosto es un mes inhábil. Inútil. La práctica nos dice que en el caso de algunos jueces parece que esa inutilidad es de doce meses al año. Más algunos días de asuntos propios, aunque no me salgan las cuentas. Pero no es ese el tema. El tema son tus temas, Simón. Tus 7 temas.
 
   ¿Disfrutaste de San Fermín, Simón? ¿Aunque un día te quedabas dormido en el burladero y lo abandonaste antes de tiempo porque no te aguantabas las grasas? Que disfrutaras o no, la verdad es que me la trae al pairo. Lo que me importa es estar prácticamente seguro de que han sido tus últimos "sanfermines". Igual me equivoco, pero creo que no.
 
   Como he empezado diciendo, Agosto es un mes inhábil. Un mes de 31 días. Un mes que siguen sin resolverse las 7 imputaciones ni a tu favor ni en tu contra. La experiencia que he adquirido gracias a ti y tu compinche borrachín me dice que cuando la inocencia es clara los asuntos se resuelven con cierta celeridad. Pero no es tu caso. Se está retrasando bastante. Demasiado. ¿No te agobia? ¿No les agobia a los que aún te mantienen donde estás porque no les queda más remedio?
 
   No esperes que el 1 de Septiembre el juzgado se pronuncie. Tardará unos días más. O semanas. O meses. No es angustiosa la resolución, sino la incertidumbre. Y, qué quieres que te diga, Simón Santamaría, me regocijo con tu incertidumbre. Es como cuando uno está esperando a que le digan si tiene cáncer o no. Te comes el coco dándole vueltas al asunto, pensando qué te espera.
 
   Yo espero que te espere lo peor, porque tengo la absoluta convicción de que te mereces pagar no solo por esas 7 imputaciones, sino por unas cuantas más. Pero con esas me doy por satisfecho. O con menos. Con que por fin tu nombre se vea LEGALMENTE MANCHADO.
 
   Además, me he enterado de que a tu amiguete "Mortapolo" la fiscalía le acusa de haber cometido un presunto delito de conducción bajo los efectos del alcohol. Con todos mis respetos para ese fiscal, tampoco hace falta ser muy ducho para llegar a esa conclusión. Basta con leerse la ley y aplicarla.
 
   Él ya cayó, pero aún caerá más bajo. Y tú, Simón, también caerás. Ya verás. Y todos aquellos a los que tú y los tuyos habéis expedientado de forma absurda no caerán, sino que - una vez más - el TAN les dará la razón y quedarán - como no puede ser de otra forma - limpios.
 
  Acabo con una pregunta. ¿Por qué cojones no te decides de una vez a ponerme una nueva querella por injurias o lo que quieras? Yo te animo a que lo hagas. Venga, Simón, hazlo. No reprimas uno de esos arrebatos tuyos de gorila y lánzate a plantarme una querella. Venga, sí. No te cortes. Hazme ese último favor.
 
¡Que largo es Agosto!