jueves, 14 de febrero de 2013

MISMOS PERROS CON DISTINTO COLLAR
















O, casi mejor, distintos perros con el mismo collar. El collar de la trampa, del abuso, de la impunidad, de la desfachatez, de la desvergüenza y - como muchos, incluído yo - diríamos también, de la conducta delictiva.

(LA FRASE QUE AQUÍ APARECÍA HA SIDO OCULTADA POR ORDEN JUDICIAL Y EN CASO DE QUE LA AUDIENCIA PROVINCIAL ESTIME EL RECURSO VOLVERÁ A SER PUBLICADA). Aquí aparece Jesús Salinas (secretario del área de seguridad ciudadana) y Pachi - antes Patxi - Fernández ELIZALDE, entonces director del área de seguridad ciudadana, y ahora director general de interior del Gobierno de Navarra.

Voy a intentar ser breve. Me remonto a mediados de agosto de 2011. El CECOP (centro de coordinación operativa de Policía Municipal) recibe una llamada diciendo que un coche va haciendo el "macarra" por el barrio de Mendillorri, dando la descripción del vehículo. Un Opel Kadett. Se envía una patrulla a la zona, que localiza el vehículo, se le solicita la documentación y al no poseer el permiso de circulación reglamentario sino un justificante profesional, es trasladado al depósito de grúas. Según el reglamento general de circulación y orden escrita de Policía Municipal, dichos documentos no tienen valor como permiso de circulación.

A los pocos días, la madre del propietario se presenta en el depósito de grúas para retirar el vehículo, pero sigue presentando como documentación acreditativa el justificante profesional. El agente de servicio en el depósito le indica que no puede entregarle el vehículo con esa documentación. Al poco tiempo, dicho agente recibe una llamada telefónica de Jesús Salinas, ordenándole entregar el vehículo. Pese a que el agente le indica que la orden interna es clara y que por lo tanto no puede hacerlo si carece de la documentación reglamentaria, Jesús Salinas le indica que la orden de entrega del vehículo a la interesada (nunca mejor dicho lo de interesada) proviene de Pachi Fernández ELIZALDE.

Ante esta orden, el agente solicita que le sea comunicado por escrito. Jesús Salinas se niega, pero ante su insistencia, el agente accede a entregar el vehículo de manera irregular por las presiones recibidas, cobrando la tasa de grúa y haciendo constar en el parte que dicha entrega se realiza por la orden directa del que yo llamaría Jesús "correveidíle" Salinas de Pachi "trepalpinista" Fernández ELIZALDE.


En menos de una semana, otros dos agentes se topan con ese mismo coche estacionado en doble fila en el barrio de Mendillorri y, lógicamente, vuelven a solicitar la documentación del vehículo. De nuevo, no hay permiso de circulación, sino el inválido justificante profesional. Los agentes deciden llamar a un cabo y éstos consultan son el jefe de sala de turno. Le explican que se trata del mismo vehículo que trajo aquellas presiones hace unos días. El jefe de sala da el visto bueno a un nuevo traslado al depósito de vehículos, siguiendo los mismos motivos legales de la primera ocasión. Es más, los agentes del depósito de grúas también llaman a la emisora central para recordar los turbios antecedentes. Pese a eso, con buen criterio, el jefe de sala mantiene su decisión y el Opel Kadett entra por segunda vez en el depósito de vehículos, de donde no debió haber salido en su primera entrada hasta aportar la documentación reglamentaria. 

Misteriosamente, esa misma noche, ese mismo jefe de sala ordena de nuevo la entrega de ese mismo vehículo , pero encima, en esta ocasión se realiza la entrega sin el pertinente cobro de la tasa de grúa ni la tramitación de la denuncia correspondiente. ¿Qué? ¿Cómo os váis quedando?

Bien, pues al día siguiente los agentes que el día anterior habían retirado el Opel Kadett, se enteran al entrar al servicio de lo ocurrido. Éstos acuden al depósito de grúas para consultar el procedimiento seguido y se les informa de que el jefe de sala fue quien ordenó entregar el vehículo sin tasa, pese a ser contrario a ley.
A continuación, los agentes son requeridos por el mismo jefe de sala para presentarse en su despacho y, una vez alli, les reconoce que recibió órdenes de Pachi Fernández ELIZALDE.
Declaraciones posteriores de Jesús Salinas dejan bien claro que la madre del propietario del coche hablaba muy familiarmente de "Pachi", pese a que éste declaró no conocerla de nada.

Tras lo ocurrido, los tres agentes involucrados (más bien viéndose involucrados en una "trama"), interponen una denuncia en el juzgado por presunta prevaricación contra Jesús Salinas y Pachi Fernández ELIZALDE.

¿Qué ocurre con dicha denuncia? Que de nuevo cae en las manos del juzgado número 4, cuyo titular es el ya "ilustre" Edilberto Esteban Iglesias, a quien quiero recordar, sin acusar, que la condición de Juez lo es por el conocimiento de la ley, pero en absoluto eso debe presuponer su obediencia. Insisto en que lo que digo no es una acusación, pero sí quiero recordar el historial de sobreseimientos contra Simón Santamaría e Ignacio Polo, entre otros, como casos bastante dudosos, por decirlo suavemente.

Tras todo lo ocurrido, y como guinda, estos agentes son expedientados en Policía Municipal por falta muy grave, y se solicita para ellos 6 meses de suspensión de empleo y sueldo, basándose en que los documentos aportados por los agentes en la denuncia de prevaricación habían sido obtenidos de manera irregular. Estos expedientes han sido recurridos y pendientes de la resolución del TAN (Tribunal administrativo de Navarra). Y mucho me temo (más bien me alegro) de que de nuevo dará la razón a los afectados y volverá a dejar con el culo al aire a Simón Santamaría, Ignacio Polo, Pachi Fernández ELIZALDE, y el tal Jesús Salinas.

Qué más se puede decir. Se trata de nuevo, a mi entender, de otra represalia más contra aquellos agentes que intentan realizar su trabajo observando las leyes, y no los caprichos de sus superiores.

Simón Santamaría: ¡Véte ya! Tu aspecto, tu conducta, tu presencia, entre otras muchas cosas, son deleznables. Tu concepto de disciplina es muy limitado. El lugar que ocupas te viene grande y tú sabes, como yo, por qué estás donde estás. Tira de la manta o lárgate. Ya tendrás una buena pensión entre unas cosas y otras. Yo, por mi parte, si te largas, te perdono. Y, no seas fantasmón, que aún estoy esperando esa querella que me prometiste. ¿Para qué me lo dices si luego no lo cumples? ¡Venga, llévame al juzgado! Y hazlo agarradito de la mano del comisario Beortegui (¿que suerte aquella llamada equivocada, eh Beortegui?) Tú apareces de sopetón intentando intimidarme y mientras tanto, Beortegui pinta un cuadradito en el bloc de notas cuadriculadas. CADA VEZ ME DAS MENOS MIEDO. Venga, Simón, ven a por mí.

P.D.: Perdón por el retraso, pero se ha debido a motivos personales. Espero no tardar tanto en adelante.