martes, 10 de junio de 2014

¡Eh, Simón!

Si, es a ti.

     ¿Qué estás haciendo, Simón? ¿Recuerdas en Semana Santa, cuando nos vimos por última vez, con el solo redoble de muerte entre réquiem y réquiem de La Pamplonesa en la procesión, marcando el silencio fúnebre que te acompañaba y que yo puse como letra "SIETE, SIETE, SIETE, SIETE..."? Ese día aún te acompañaba Polo, justo dos días antes de que conduciendo nuestro Polo "mamao" tuviera un accidente y saliera airoso y encubierto, rebajando lo que a todos nos hubiera supuesto una imputación delictiva y no una simple falta.  ¿No te das cuenta, Simón, que es que ya simplemente por el cargo de tu amiguito - con el que bastantes viernes viajabas a Madrid - habría que añadirle unas décimas "ejemplarizantes"? ¿Y que tú, por el tuyo, tenías que haber salido, dar la cara y CONDENAR lo que tu jefe hizo, enfatizando que precisamente su condición de Concejal de Seguridad Ciudadana agravaba lo ocurrido? No lo hiciste Simón. No lo hiciste. Ni apareciste para dar la cara. Ahí es donde uno demuestra valentía. Saliendo al instante y dar la cara con transparencia, no poniendo cara de chuloputa de barrio(*). Pero es que estás como estás. Atontao perdido.

     Profesionalmente atontao perdido. ¿Qué estás haciendo, Simón? ¿No te das cuenta de que te estás echando más mierda? ¿Por qué sigues y no dimites? ¿Por qué no sólo sigues sino que además dedicas tus últimos coletazos para expedientar a diestro y siniestro, sabiendo que todo lo que haces va a acabar tumbado por el TAN? ¿Por qué los que os llaman "la fundición" seguís igual? ¿No os dais cuenta, SIMON Y AFINES, que lo que hacéis no está bien? ¿Qué pretendéis conseguir? ¿Qué podéis ganar? ¿No veis que esas reacciones absurdas y carentes de fundamentos van a ir contra vosotros? Pensad un poco, que no creo que todos seáis unos Beorteguis, que además de dejarse ver con colegas jueces y encantarle recibir llamadas por equivocación, colorea muy bien un cuadradito para intimidar.

     ¿Asustar? ¿Eso pretendéis? Es casi la única explicación que encuentro. Yo reconozco que Simoncete y Polito me asustaron con sus dos querellas. Sobre todo con la primera. Ahora estoy deseando que se atrevan con una tercera. Miento. No estoy deseándolo porque de todas formas es un marrón. Quiero decir que con los dos archivos, una nueva querella sería en realidad más peligrosa para esos dos mindundis que para mi. Seguro que más de una vez han amagado, pero no tienen huevos. Bueno, Polo los tenía para aparcar en minusválidos, carga y descarga, conducir borracho, etc... Y Simón, igual los tiene, pero hace tiempo que no se los puede ver.  No insulto ni injurio ni nada de nada cuando digo que Simón Santamaría está gordo y eso puedo impedírselo. No es ni bueno ni malo. Pero está gordo.

     Simón, no sé si nos veremos en San Fermín este año. Si nos vemos, recuerda, en la procesión: "SIETE, SIETE, SIETE, SIETE..."
 
     Por último, hazte un favor: No la cagues más.
 
(*) No me digas que en la foto no pareces el típico chuloputa de barrio. De esos que de crío robaba los bocadillos en el recreo. No injurio. Bueno, si crees que sí, queréllate. Pero no es mi intención injuriar.

Bueno, y ya veremos que pasa con esas SIETE, ¿vale?