jueves, 10 de enero de 2013

OTRA DE IGNACIO POLO Y SIMÓN SANTAMARÍA




Boletín de denuncia





Parte de grúas. En la parte superior, escrito a mano, podéis leer: "Por orden del jefe de sala a través de llamada telefónica del Jefe, SIN COBRO"


Me gustaría haber titulado la entrada "La última de Ignacio Polo y Simón Santamaría", pero me temo que, si nadie lo remedia, no va a ser así. Aunque gracias al artículo publicado en GARA y - consecuencia de éllo - la posterior petición de Aralar de una comisión de investigación sobre la policía municipal del que se hicieron eco bastantes medios (aquí el ejemplo de DIARIO DE NOTICIAS), quiero pensar que a partir de ahora se lo van a pensar al menos dos veces antes de hacer alguna de las suyas.

Pese a que cada vez me escandalizo menos con las cosas que leo, veo y oigo, la historia que en esta entrada voy a contar y documentar me parece de bastante gravedad. Yo ya casi no tengo capacidad objetiva para evaluar, porque son tantas y tantas las hazañas que me llegan, que - tristemente - muchas veces pienso "una más".  

¿Os acordáis de la entrada "Una cosa conduce a otra", que publiqué el pasado 24 de septiembre? Ahí contaba el privilegio de Ignacio Polo de disfrutar de un vehículo que le pagamos todos los ciudadanos y que está a su disposición tanto para el ejercicio de sus funciones como concejal, como para su vida personal. Un vehículo podría decirse que regalado y con su tarjeta de autorización de estacionamiento en cualquier zona, con lo cual tampoco necesitaba pagar - como todo ciudadano - tarjeta anual de residente ni tique alguno de la zona azul. Le basta con colocar sobre el salpicadero la tarjeta de autorización. Eso sí, tiene que acordarse de hacerlo.

El 9 de agosto de 2012 no se acordó. Éstacionó en zona azul, pero no colocó la autorización sobre el salpicadero u otro lugar visible. Como es lógico, el coche es denunciado y trasladado en grúa al depósito municipal de vehículos.

Tras eso, Ignacio Polo se personó en el depósito para retirar su/nuestro coche, dando por hecho que el trámite sería recogerlo y punto "¡porque yo lo valgo!". Pero el jefe de sala - con buen criterio y haciendo cumplir la ley como con cualquier otro ciudadano - se negó a entregarle el vehículo sin que Polo pagara los 82 € de tasa de grúa. 

Automáticamente intervino Simón Santamaría, que mediante una llamada telefónica ordenó al jefe de sala que permitiera
la retirada del vehículo SIN COBRO. El jefe de sala transmitió dicha orden al auxiliar de policía del depósito, quien entregó a Ignacio Polo su/nuestro coche sin pagar absolutamente nada. Por supuesto, la denuncia tampoco se tramitó, sino que acabó en la papelera.

Aunque el coche está a nombre del Ayuntamiento de Pamplona/Iruña, el responsable de la infracción es Ignacio Polo, y, por lo tanto, él es quien debería haber abonado tanto la multa como la tasa de grúa, ya que la normativa de tráfico establece que sólo es responsable el propietario del vehículo de las infracciones referidas a la documentación del mismo, pero no en las infracciones cometidas por el conductor, de las cuales sólamente él es el responsable.

Una vez más, quedan patentes los favoritismos y la desigualdad en el trato según quién seas. Las leyes no son iguales para todos, y menos aún para los allegados de Simón Santamaría.